Ohh!, mi dulce miel. Que en estos días sabes tan amargo. Quiero recuperar tu dulzura y disfrutar de tu sabor en la altura de una montaña. Tan lentos que se va el tiempo, no logro creer que haya tanta lejanía entre un frasco curador de tantos males y una cuchara sin pies que no puede escapar al ver tanto dentro de si. Un ser inerte que no quiere desprenderse de lo que por mucho tiempo fue su fuente de alegría y buenas emociones.
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